Madelín Martínez es una persona que sabe lo que es luchar. Al crecer en El Salvador, vino a los Estados Unidos cuando era una adolescente. Madelín vivio lo que es ser un inmigrante, y lo que vino con esa experiencia no siempre fue bueno. “Crecí en El Salvador y vine aquí cuando era adolescente, así que ahí mismo hubo una de las cosas más grandes que influyeron en mi vida, solo la experiencia de ser un inmigrante, no tener mucho acceso a las cosas que mi los compañeros tenían acceso”.
Dado que Madelín había podido mirar a través de la lente de un inmigrante, sabía las dificultades que conllevaba. Esta fue una gran influencia para que Madelín entrar en la línea de trabajo en la que se encuentra hoy: “Siento que mi mamá estaba rogando que tuviéramos atención básica, que necesitábamos ir a la escuela, y sentí que eso estaba mal. Quiero ser un recurso para la comunidad y ayudar a conectar a las familias que no tienen acceso a atención médica con aquellas que sí la tienen”. Desafortunadamente, un producto básico no era y todavía no es tan fácilmente accesible para los inmigrantes latinos como debería ser. Con el trabajo que Madelín ha estado haciendo en el condado de Baltimore ha sido nada menos que encomiable y admirable.
Durante la pandemia de COVID-19, Madelin ha experimentado innumerables dificultades y luchas con las que muchos latinos han tenido que lidiar. La demografía latina ha sido golpeada, si no la más dura, una de las más duramente durante la pandemia. Madelín descubrió una de las principales razones por las que este es el caso: “Creo que cuando se trata de los efectos que COVID-19 ha tenido en nuestra población, tiene más que ver con no tener acceso a toda la asistencia que estaba disponible. para todos los demás, especialmente para las familias inmigrantes”. Independientemente de este contratiempo, eso no detuvo a Madelín para guiar a los latinos en la dirección correcta y brindarles los recursos necesarios.
Siendo ella misma una inmigrante, Madelín sabe lo importante que es para uno de sus clientes obtener los recursos que necesita. De hecho, es una de las cosas más gratificantes de su trabajo: “Cuando estamos tratando de conectar a alguien con un recurso que es difícil de encontrar, y finalmente encontramos un lugar que puede proporcionar ese recurso, eso es muy gratificante. A lo largo de todo el proceso a veces me quiero dar por vencida y hablo con el cliente, y me doy cuenta, sabes qué, lo necesitan, sigamos buscando. Le aseguro al cliente que vamos a seguir llamando, vamos a seguir buscando, y algo se tiene que abrir; algo tiene que salir bien. Entonces finalmente encontramos esa puerta, esa grieta en la pared que podemos derribar y hacer un agujero lo suficientemente grande para que podamos pasar y obtener ese cuidado para esa asistencia para esa familia”.
Lo que hacemos en MALVEC no sería posible sin el trabajo y la determinación de nuestros trabajadores de salud comunitarios, como Madelín. El trabajo que hacemos para hacer que nuestra comunidad sea más segura y esté mejor protegida proviene de un lugar de amor y compasión. Es por eso que todos en MALVEC hacemos el trabajo que hacemos, porque nos preocupamos por nuestra gente, y ellos importan.