Una clínica, muchos resultados: nuestros trabajadores comunitarios de la salud abordan brechas en los servicios de atención médica
Por Kelly Umaña, MPH, Gerente de Programas de Salud Comunitaria en CHEER (Salud Comunitaria y Empoderamiento a través de la Educación y la Investigación)
La conexión que tienen las escuelas primarias con los miembros de la comunidad, es un elemento esencial para entender el vínculo que existe entre albergar clínicas de vacunación en estas instituciones y lograr una gran participación de la comunidad. Así se demostró durante un evento de vacunación que CHEER ayudó a organizar el 25 de octubre, en la clínica local de la Escuela Primaria del Estado de New Hampshire (NHEES, por su sigla en inglés).
NHEES es una escuela de Título 1 y actualmente brinda sus servicios a una gran población latina, con un 75.4% de sus estudiantes reportados como hispanos/latinxs. También tiene una tasa FARM del 92,4%, según el informe 2020-2021 MCPS At A Glance.
Fue una oportunidad maravillosa para confirmar el valor de los trabajadores comunitarios de la salud (TSCs) y lo valiosos que son para abordar las brechas que existen en el cuidado de la salud de la población Latinx, más allá del COVID-19. Son expertos de la comunidad que navegan un sistema de atención médica complejo e inequitativo que no asiste correctamente a los inmigrantes.
En ese sentido, quiero compartir cuatro historias que vimos en nuestro evento. En cada una de ellas, la intervención de un trabajador comunitario de la salud desempeñó un papel fundamental.
#1: Promoción de servicios bilingües y amigables para la comunidad Latina
Una de las familias que acudió a la clínica traía un adolescente que había sido liberado recientemente como menor sin acompañamiento de un centro de detención en Texas. Uno de los trámites en el centro de detención es recibir la vacuna de COVID-19, sin embargo en este caso no le entregaron una tarjeta de vacunación sino una carta en Español indicando que había sido vacunado.
La carta no tenía el número de lote de la vacuna que recibió, por lo que uno de los trabajadores comunitarios de salud de CHEER se tomó el tiempo de revisarla con el farmacéutico porque el número de lote era necesario para confirmar que la persona había recibido la vacuna.
Después de unos 10 minutos de intercambio con el farmacéutico, el joven pudo recibir su segunda dosis. Mientras estaba en la clínica, CHEER también conectó con la Oficina de Reasentamiento de Refugiados (ORR) para obtener el registro de vacunas del adolescente porque cuando hablamos con su tutor, mencionó que no tenía esta información.
Este encuentro demostró no solo la importancia de contar con personal bilingüe en las clínicas, sino también con personas que estén familiarizadas con este tipo de casos de menores no acompañados, para asegurar que la información se comunique adecuadamente con todas las partes.
#2: Guiando a los nuevos inmigrantes a través del sistema
Los TSCs participaron además en la movilización callejera para notificar a todos de la comunidad sobre la clínica. Yo también me uní. Mientras hablaba con una familia en el complejo de apartamentos cercano a la NHEES, mencionaron que habían llegado a Maryland solo tres semanas antes y que tenían una hija de tres años.
Como no habían visto a un médico de atención primaria ni a un pediatra, uno de los trabajadores comunitarios de la salud de CHEER pudo programar una cita para ayudarlos a obtener un seguro médico a través del programa Care for Kids. Cuando le mencioné esta familia al director de NHEES, me notificó que quedaban algunos espacios para el programa que tienen en NHEES para niños de tres años, así que pasé la información de la familia para que pudieran inscribirse.
#3: Conectando a las personas con los recursos disponibles
Otra familia que vino por su primera dosis fue una que llegó cuando la clínica abrió a las 10:00AM. Cuando hablé con la persona que iba a recibir su primera dosis de la vacuna, mencionó que le preocupaba ponérsela porque estaba tomando medicamentos para la presión arterial alta.
Pude confirmar con el farmacéutico que estaba bien y le pregunté a la persona si tenía un médico de atención primaria. Respondió que no y que no había visto ninguno porque no tenía seguro médico. Anotamos su información y uno de nuestros trabajadores comunitarios de la salud le dio seguimiento al proceso para inscribirlo en Montgomery Cares, un programa de seguro médico en el condado para aquellos que no son elegibles para Medicaid.
Estos escenarios representan dificultades reales que muchos miembros de la comunidad Latinx enfrentan a diario en Maryland y específicamente en el condado de Montgomery. Tienen miedo de vacunarse porque no tienen acceso a la atención primaria, lo que constituye un problema más amplio que nuestros TSCs han podido atender a través de estas clínicas.
#4: Seguimiento y cuidado de nuestra comunidad
Seis de las familias que vinieron a la clínica el 25 de octubre eran miembros de la comunidad que habían participado anteriormente en una clínica de vacunas que CHEER llevó a cabo junto con Holy Cross Health en los apartamentos de Greenwood. Una vez más, los trabajadores comunitarios de la salud pudieron conectar los puntos entre los eventos y los miembros de la comunidad haciendo llamadas telefónicas durante la clínica NHEES a las familias que recibieron su primera dosis en otros espacios similares, también organizados por CHEER.
Con esta clínica pudimos mitigar muchas brechas en el acceso a la atención médica, al hacerlo en un lugar que es familiar para las comunidades, con un equipo poderoso en NHEES que lo hizo divertido para los niños, y gracias a nuestros trabajadores comunitarios que continuamente están abordando las grietas en los servicios de salud. Así es como se ve un esfuerzo “culturalmente sensible”. Este modelo debería replicarse en tantas otras escuelas a medida que empiecen a pensar en el plan de implementación para cuando los niños de 5 a 11 años puedan recibir la vacuna.